jueves, 30 de abril de 2015

Una clase con muchos juegos y un dragón.

Holitaa, soy un dragón, y os voy a contar una cosa... El otro día estuve en el bosque cuando vi un elfo que anotaba cosas en su cuaderno, fui a preguntarle que hacía y me contestó que el día anterior fue a una clase muy interesante con muchas personas grandes... Me picó la curiosidad y pensé en pasar algún día por aquella clase.

Como esta mañana no encontré a nadie a quien asustar, decidí ir a la clase que tanto me llamaba la atención.

Al llegar me acerqué a la ventana y observé el procedimiento de la clase. El docente explicaba a los alumnos como participar en un voluntariado. En ese voluntariado, según dijo el profesor, habría mucha gente, ¡me encantaría ir y poder asustar a tanta gente a la vez!. Tras la explicación proyectó en la pizarra un juego, con el cual repasar la lección anterior.

¡A los ganadores les dio regalitos!, El elfo del otro día tenía cara de inteligente, seguro que hubiese ganado algún premio.

Después de el juego comenzó a explicarles a esos humanos (que pienso que no eran grandes... Tenían un tamaño normal, será porque el elfo era muy pequeño... ¡Casi le piso!) la lección que debían de aprender hoy.
Intercalaron las explicaciones con unos vídeos que trataban sobre la capacidad de observación. Uno trataba sobre un asesinato, y durante el vídeo realizaban cambios en el escenario, yo... no me di cuenta de ninguno, no vi nada raro en el vídeo. En el segundo aparecían unos niños pasándose un balón y teníamos que contar cuantos pases realizaban, conté trece, pero... Por lo visto apareció un oso bailando en el vídeo ¡Y no me di ni cuenta!.

La clase fue muy interesante, me encantó que fuese tan divertida, con vídeos y juegos y no fuese la típica clase en la que solo el profesor habla y todos los demás escuchan aburridos.

Tengo que volver algún día para ver si gano el próximo juego, pero ahora... ¡me voy a asustar más elfos!, ¡Adiositoo!.

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