
Claro está que no podía entrar en la clase con mi aspecto de bruja, así que con mi magia me convertí en una chica joven y muy guapa, aun más guapa de lo que soy ya, ¡Y mira que es difícil ser aun más guapa!
Después de realizar mi transformación, me dirigí hacia la clase y me senté en una de las mesas de la parte trasera para pasar desapercibida. Había tantos alumnos... ¡Y casi todos eran chicas!.
Al principio, mientras llegaban las personas que faltaban, las que ya estaban en la clase reían y hablaban entre ellas, parecía que lo pasaban bien. Pero pronto terminaron de llegar los alumnos que ausentes y el profesor comenzó a hablar. Explicaba una actividad que consistía en realizarse a sí mismos una pregunta generalizada que les resultara interesante, a partir de la cual debían realizar una investigación haciendo uso de listas de control, sistemas de signos, escalas de estimación, rúbricas, etc, en la que realizarían preguntas más concretas que ayudarían a responder la primera cuestión.

Mientras realizaban la actividad práctica en el aula se respiraba ambiente de trabajo, en los grupos se aportaban ideas y se distribuía el trabajo. Y si no entendían algo, llamaban a su docente para pedir que lo aclarase.
Yo por mi parte no sabía que hacer, veía esa practica demasiado difícil para mi, ya que no entiendo del tema, no estudio Educación Infantil como todos los alumnos de esa clase.
La clase transcurrió bastante bien y todos trabajaron, además me fui muy contenta por que ya tendría de que presumir, ¡Soy la única en el Bosque Encantado que ha participado esta clase tan popular!. Y ahora, si me lo permiten, voy a seguir investigando sobre conjuros para mejorar mi magia, ¡Adiós!
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