sábado, 23 de mayo de 2015

Me mudo de Hogwarts

Buenos días queridos alumnos y alumnas, tomen asiento. Os voy a contar una historia de un mundo muy lejano, nunca había oído hablar de él, pero vuestro compañero Goron me comentó que había un lugar donde se podían impartir las clases de una manera totalmente distinta a la nuestra, lo que me llamó bastante la atención, así que decidí comprobarlo por mi mismo.

Me puse mi mejor traje, caminando erguido por la facultad entre seres más grandes que yo, todo diferentes; altos, bajos, morenos, rubios, delgados… y de pronto un ruido me sobresalto, intente guardar la compostura y que nadie me mirase de forma extraña, di unos pocos pasos más y abrí una puerta de color verde, esos seres estaban mirand
o un pantalla en la pared embobados y apuntando cosas, yo también quería ver, con sigilo me acerque y en la pared había una pantalla donde se veían seres como ellos supuestamente en una asamblea, en ella todos estaban en  círculo tratando un tema al que a todos les  interesaba, para después obtener conclusiones sobre ello.

No pude contener mi instinto de profesor, yo también quise participar en esas conclusiones, me acerque a uno de los grupos compuesto por tres seres, me ruborice al ver lo guapas que eran, pero como soy tan elocuente y tengo un gran don de palabra enseguida me incorpore al grupo, mi vocecilla era más aguda que las de esos seres y se extrañaron cuando me escucharon hablar “Soy Dobby, profesor del colegio Hogwarts de magia y hechicería, me gustaría aprender distintos métodos para amenizar mi clase, porque mis alumnos se quedan dormidos y como soy el único docente que no tiene magia me toman el pelo, lo que daría yo por una barita mágica…
No me enteraba de nada de lo que estos seres decían, porque la clase hacía mucho ruido y mis oídos de elfo iban a ¡¡¡explotar!!!  De pronto un ser se levantó y gritó, mandando a callar y el docente dijo si, si ya me callo. Me llamó mucho la atención porque el profesor actuó como un alumno, ¡esto nunca había pasado en Hogwarts! 

El tiempo de mi visita se iba agotando  porque ahora me tocaba a mi ser el profesor e impartir esta clase , me despedí con abundante tristeza y con la ilusión de volver algún día y aprender nuevas formas de dar clase. Me quedé con las ganas de hablar con el docente y que juntos compartiéramos experiencias de nuestra profesión en mundos diferentes.
Os prometo que a partir de ahora nuestras clases serán más dinámicas porque aunque yo no pueda usar la magia seré el mejor profesor que hayáis tenido, gracias a las nuevas técnicas aprendidas en el mundo de los humanos.

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